DestacadoFondeo irregularPosidoniaPuerto de Sant AntoniTurismo

Los chárters que operan ilegalmente en la bahía la saturan de nuevo y se apropian de los muelles

By 11 agosto 2023 No Comments

Todos los sábados, tal y como demuestran las fotografías que acompañan este reportaje, tomadas el pasado sábado, se producen las mismas escenas en el litoral de la bahía de Portmany. Los chárters que operan ilegalmente en la zona y que en buena parte están fondeados sobre la pradera de posidonia de forma reincidente, realizan la operación de salida y entrada de clientes, colapsando los muelles que habitualmente utilizan las golondrinas turísticas que transportan pasajeros de un lado a otro de la bahía, pese a que no disponen de autorización para ello.

En las fotografías puede apreciarse el uso ilegal que realizan de los muelles de Caló des Moro y s’Estanyol, que utilizan para cargar y descargar clientes, provisiones y personal de limpieza, a pesar de que no disponen de autorización para ello. En ocasiones, además, abandonan bolsas de basura cerca de los muelles, sin molestarse siquiera en trasladarlas a los contenedores. Al igual que el año pasado, desde Salvem Sa Badia no entendemos por qué las administraciones competentes no actúan para poner coto a todo lo que viene ocurriendo y garantizar la seguridad en la bahía, hoy por hoy muy comprometida por la presencia masiva de estas barcas, que colapsan los accesos y los canales.

Cabe recordar también que estos chárter clandestinos no solo hacen un uso indebido de la costa y utilizan de forma ilegal estas infraestructuras costeras, sino que ejercen una competencia desleal a las empresas que sí cumplen con la normativa y que, además, afrontan unos costes para amarrar o fondear sus embarcaciones. Se ha detectado, asimismo, que muchas de ellas proceden de otros puertos mediterráneos e instalan muertos de hormigón, incluso sobre la posidonia, para fondear durante toda la temporada. Se desconoce dónde vierten las aguas fecales de los depósitos y, aún más grave, cuál es el destino de las aguas de sentina, que contienen restos de combustible y aceite, dado que no acuden a puerto en todo el verano. El propio sector náutico ha detectado un aumento de los yates pirata, que estima en entre un 10 y un 15 por ciento, mientras que sus clientes esta temporada han descendido entre un 15% y un 20%.

El Decreto 21/2017, de 5 de mayo, por el que se regula la actividad de alquiler de embarcaciones y buques de recreo en Baleares, permite con una simple “declaración responsable” inscribirse en el registro y recibir autorización para el ejercicio de la actividad de chárter náutico. Lo que se declara es que, además de poseer el certificado de navegabilidad en vigor, tener la embarcación registrada en lista 6ª, poseer el despacho de Capitanía Marítima, la titulación náutica, los seguros para la embarcación y los tripulantes y los certificados de seguridad y residuos, se dispone de un punto autorizado para embarcar y desembarcar a los clientes. Para ello, es imprescindible contar con un amarre o boya en un puerto y una zona de desembarque autorizados por la Demarcación de Costas, que es algo totalmente lógico y necesario para prestar dicha actividad.

El problema de la declaración responsable es que, si nadie revisa el cumplimiento de la norma, cualquiera puede ejercer esta actividad impunemente, simplemente presentado un formulario y pagando la tasa. En el Decreto, concretamente en el artículo 7.1, se dice: “El personal de la Dirección General de Puertos y Aeropuertos podrá en cualquier momento comprobar la veracidad de la declaración”.

Nos consta que en veranos anteriores se produjeron algunas inspecciones, pero no en sábado, que es cuando tienen lugar las salidas y entradas de clientes. Habitualmente las embarcaciones llegan a la bahía los viernes por la tarde y permanecen allí hasta el sábado. La misma situación se viene repitiendo desde hace años, sin que ninguna administración reaccione con la contundencia suficiente como para ponerle remedio.